En el segundo semestre del curso 2014/15 comenzamos trabajando en el área del gran ingenio azucarero de la ciudad de Haina, República Dominicana. Una enorme industria azucarera, hoy en día prácticamente abandonada, se encuentra en pleno frente marítimo, desligándolo de la ciudad. Sin embargo es un elemento clave para los habitantes de la ciudad, ya que es parte fundamental de su memoria.
Se nos propone intervenir en la parcela adyacente para crear el Museo de los Ingenios Dominicanos, un museo que recoja toda la historia y el proceso de la industria azucarera, así como su influencia en los habitantes y su cultura.
Mi propuesta es un proyecto en bandas, que intenta interrelacionar el frente marítimo, con la ciudad, y crear un espacio verde conectado con el museo.
De una base muy sencilla (con dos tipos de crujía y unas bandas menores de iluminación y ventilación), se pasa a un juego en la fachada de materiales, luces y sombras, de llenos y vacíos, de franjas de agua y vegetación que se introducen en el propio edificio. Todo ello proporciona además una imagen fabril, perfectamente fusionada con la de la fábrica adyacente.
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